Ecología 2.0: campañas a través de Internet

¿Alguna vez habéis escuchado el término «Ecología 2.0«? Si la respuesta es no, es necesario comprender que este concepto hace referencia al activismo llevado a cabo en redes y que tiene como propósito proteger la naturaleza y los derechos de la misma, usando el mundo virtual para una mayor difusión ciudadana e impacto social. Además, un aspecto positivo que nos aportan las redes es su fácil accesibilidad e instantaneidad, y tendencia para crear sinergias con otras organizaciones con principios comunes. 

Una de las primeras campañas más trascendentales sobre ciberactivismo fue ‘350 ppm’ llevada a cabo en 2009, y que buscaba una reducción de las emisiones de dióxido de carbono (Co2) en todo el mundo. Este movimiento, creado por el escritor Bill Mckibben, es un ejemplo transmedia ya que “fue difundido a través de todas las redes sociales, webs, blogs, e-mails y, también, por los medios de comunicación” según nos indica Manuel López. Debido al gran trabajo de difusión, ciudadanos de más de 170 países se manifestaron el 24 de octubre para alertar a las grandes potencias y fuerzas políticas sobre el peligro que suponía exceder el nivel de emisiones recomendadas. Sin embargo, esta presión social no se tradujo en cambios sustanciales ya que los países no llegaron a ningún acuerdo en la cumbre que se celebró posteriormente en Copenhague. A pesar de esto, esta movilización fue “el día de acción política con mayor cobertura geográfica de la historia” según la CNN.  

A partir de este ejemplo transmediático, haremos un repaso a las diversas estrategias o campañas llevadas a cabo en distintas redes sociales, aprovechando las oportunidades que brindan cada una de ellas:

Youtube

Para esta plataforma nos centraremos en la labor que la ONG de Greenpeace realiza para concienciar e involucrar a los usuarios de Internet. Una de sus luchas más importantes está enfocada a salvar el Ártico del deshielo (#SalvarElArtico), y conseguir que la ONU apruebe el Tratado de los Océanos con el fin de que el Ártico sea considerado santuario. ¿Qué significa esto último? Esto supone la posibilidad de crear espacios de amortiguación a los perjuicios del cambio climático. De esta forma, eliminar la pesca industrial y la exploración del terreno por parte de las petrolíferas.

Greenpeace contactó en 2016 con dos famosas youtubers que en su momento eran pareja, Yellow Mellow (1,6M actualmente) y María Cadepe (430K actualmente), para que realizaran una campaña para sumar firmas a favor de esta campaña. El reto que establecieron era recopilar 100.000 firmas pero gracias a la repercusión que tuvo consiguieron más del doble. Grabaron su experiencia en el Ártico y visibilizaron a sus seguidores, principalmente gente joven, la situación arriesgada en la que se encuentra dicha zona. Podéis comprobar sus propios canales y el canal de la organización si queréis saber más de esta travesía.

Yellow Mellow y María Cadepe

Otra estrategia que llevó a cabo esta organización para frenar la destrucción de los bosques fue la cruda parodia que hicieron en 2010 de los anuncios de Kitkat de Nestlé. En el anuncio original se puede observar a un empleado que en su tiempo de descanso se toma las chocolatinas KitKat. Sin embargo, en el vídeo hecho por Greenpeace se sustituye las barritas de chocolate por unos dedos de orangután. Además, se remplaza el eslogan original del producto por este: «Nestlé, dale un respiro a la selva de Indonesia. No utilices aceite de palma procedente de la destrucción de sus bosques». Este contenido causó gran daño a la firma suiza de Nestlé, y conllevó a que tiempo después publicaron su compromiso hacia la ‘deforestación 0’ y la utilización de aceite de palma 100% responsable, es decir, que no proviniera de prácticas nocivas para la naturaleza.

Instagram

En esta plataforma la estrategia que llevan a cabo las cuentas activistas es la de conmover a los usuarios a través de instantáneas impactantes. La revista de National Geographic cuenta con su propia cuenta en Instagram donde publican especialmente fotografías de animales en su entorno natural y de la vida en distintas partes del mundo, al igual que lo hace también la organización WWF enfocada a mostrar la biodiversidad. Por otra parte, existe la cuenta EcoInventos que nos informa sobre la segunda vida que podemos darle a los objetos y nos da pautas para llevar una vida más sostenible con el entorno. De igual forma, podemos destacar el trabajo que llevan a cabo en la cuenta Everydayclimatechange, donde fotógrafos de los seis continentes documentan las huellas que está dejando el cambio climático en nuestras vidas.

Compra de alimentos a granel

Otro ejemplo interesante es el que nos ofrece Patri y Fer a través de su cuenta llamada Vivirsinplástico, la cual está enfocada a cómo podemos reducir el consumo de plástico de nuestro día a día. Sus contenidos nos inspiran y ayudan a cambiar nuestros hábitos por unos más sostenibles con el medio ambiente. ¿Sabías que incluso las bolsitas típicas de infusiones están hechas con plástico? ¿O qué podemos reutilizar nuestros botes de jabón y rellenarlos a granel para reducir el consumo de plástico? Os dejo este enlace donde podéis localizar en vuestra ciudad tiendas que comercien los productos a granel y podamos reducir los empaquetados de plástico tradicionales que tienen una vida útil muy escasa.

Por último, quería comentaros la labor que llevan a cabo la asociación activista Bioagradables, comprometidos con la limpieza de playas -principalmente valencianas- y la conciencia ambiental. Gracias a la visibilización de este problema muchas personas se animas a participar como voluntarios en las marchas que hacen de limpieza a las playas. Después de recoger grandes cantidades de basura (tapones, colillas, bastoncillos, pajitas, latas, etc.) la reciclan y prensan para darles otra vida. De este modo, han conseguido fabricar tablillas, llaveros, relojes de pared, peonzas, peines de surf…y así darle un segundo uso a todo el plástico tirado en las playas.

Snapchat

Destacar también la campaña que realizó la organización World Wildlife Found (WWF) a través de la red social Snapchat, caracterizada por los mensajes efímeros y fugaces que se envían los usuarios entre sí. La campaña ‘The last selfie’ aprovechaba el funcionamiento de la plataforma para visibilizar la vida efímera que tienen especies en extinción como pandas, osos polares u orangutanes. Además para conseguir un mayor impacto se ofrecía a los usuarios tomar un screenshot de las imágenes y compartirlas a Twitter a través del hashtag #LastSelfies. Se viralizó esta campaña novedosa, consiguiendo así más donaciones para la causa.

Algunas de las fotos que usaron en la campaña

Se puede observar cómo los ciberactivistas se van adaptando al medio online para difundir mensajes novedosos y masivos con tal de conseguir un mayor feedback con los usuarios. De esta forma, los propios ciudadanos pueden ser partícipes de cambios positivos para nuestro planeta. Por tanto, las redes sociales han abierto un nuevo campo de oportunidades para una lucha de gran recorrido. Para más información podéis consultar este pdf que cuenta de forma más extensa estas campañas.

Sin embargo, como ocurre con cualquier otro movimiento ciberactivista, existen casos de empresas que se unen a esta Ecología 2.0 y después no llevan cabo prácticas sostenibles en su producción y distribución. Emiten según el blog Triquels una «publicidad engañosa que nos hace pensar que esas organizaciones son muy respetuosas con el medio ambiente cuando esto se aleja mucho de la realidad». Este suceso se ha catalogado como Greenwashing. Antes hemos hablado de Nestlé, la cual apostaba ahora por la ‘desforestación 0’ en la fabricación de sus productos. El perfil de Instagram de esta empresa apuesta claramente en su feed por los valores ecológicos y un respeto hacia el medio ambiente, prima así el color verde y la vegetación en sus fotos. La intencionalidad de estas acciones es que asimilemos estos mensajes como valores intrínsecos de la empresa y su producción. Sin embargo, no todas las empresas cumplen al 100%. Nestlé recibió otra demanda colectiva en 2019 ya que las declaraciones de que ‘los granos de cacao son de origen sostenible’ no eran ciertas. Esto se debe a que para su producción empleaban como producto clave un grano de cacao procedente de África Occidental, lo cual estaba causando una deforestación masiva en el territorio.

Otro ejemplo claro de Greenwashing sería el que realiza la marca de tampones O.b. Su producto al no disponer de aplicadores reduce una gran cantidad de residuos de plástico. Además, su cuenta de Instagram transmiten en sus fotos unos valores feministas y ecológicos afines a la marca. No obstante, «no mencionan las toneladas de herbicidas, insecticidas, fertilizantes, fungicidas y otros productos químicos utilizados para producir cultivos de algodón».

Con este tipo de ejemplos vemos que la acción individual es importante pero no es determinante para el cambio climático para generar un gran cambio de manera global. Es importante que llevemos un vida sostenible pero se debería de llevar a cabo una lucha activista y exigir a los altos cargos políticos unas leyes más restrictivas hacia las empresas. Es incoherente encontrar en el supermercado productos bio que no vienen de productores locales sino de grandes corporaciones que hacen grandes trayectos y de este modo contaminando más el medio ambiente. Como en todo movimiento no es solo importante generar cambios sostenibles en nuestro ámbito privado sino transmitir la lucha de forma activa hacia el exterior.

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